sábado, 23 de junio de 2012

Así está conformado en México el 1% que domina y explota al restante 99%

Les comparto estos dos pequeños videos que hicieron los compañeros de #yosoy132 de la Facultad de Economía de la UNAM, esa escuela de gran tradición de lucha social. La primera escuela de economía de América Latina y actualmente un enorme bastión del pensamiento crítico mexicano. Yo soy egresado de esa Facultad y actualmente soy profesor adjunto de Economía Política ahí. 


En estos videos se muestra, de manera muy clara, cómo es que están conformadas las élites mexicanas, esos poderes fácticos que en los hechos actúan como dictadores, ese 1% que nos dominan y explotan al resto, a los de abajo, al 99% restante de la población... "Ellos ganaron, tu perdiste", señalan de manera cruda de los compañeros estudiantes... Y tienen toda la razón. Así ha funcionado el neoliberalismo en todas partes del mundo... ¡Por eso hay que desmantelar la dictadura de los mercados sobre el resto de la población!



Otro punto central a destacar es que la gran burguesía mexicana se formó de manera muy rápida en la época de las mayores privatizaciones que se dieron en aquel país: el gobierno federal del entonces presidente (llegado al poder mediante fraude electoral en 1988) Carlos Salinas de Gortari. Este último personaje (profundamente perverso y odiado en México por gran parte de la población por su corrupción, autoritarismo y cinismo) es el que está detrás del ahora candidato a la presidencia de la república por parte del PRI: Enrique Peña Nieto.
   

lunes, 18 de junio de 2012

Carta al movimiento #yosoy132, de joven mexicano indignado desde Madrid


Desde estas lejas tierras miro con mucha ilusión y esperanza las enormes movilizaciones estudiantiles que ahora tienen lugar en mi México lindo y querido. Los jóvenes ahora han despertado, y luchan con muchísima pasión y coraje por un mejor porvenir. Son concientes de las enormes implicaciones históricas desastrozas de la eventual victoria del PRI en las elecciones presidenciales mexicanas (a celebrarse el próximo 1 de Julio). La indignación de décadas de represión priísta, de cinísmo, perversión y avaricia que se personifica en el ignorante candidato Enrique Peña Nieto ha lanzado a las calles a miles y miles de jóvenes que buscan evitar un ENORME RETROCESO EN LA HISTORIA para aquel país ahora azotado por la violencia exacerbada generada por la irresponsable y estúpida “guerra contra el narcotráfico” iniciada por el espurio presidente Felipe Calderón, así como por estragos en la economía (estanciamiento económico, desempleo, caída en los salarios reales) producto de décadas de imposición de políticas económicas y reformas neoliberales que en nada han beneficiado al país.

A estos miles y miles de jóvenes valerosos, inteligentes y soñadores van dirigidas las siguientes líneas que enfatizan sobre asuntos críticos del movimiento #yosoy132 del cual yo me asumo como parte desde estas lejas tierras. Es fundamental atender el asunto de las elecciones, pero más importante aún es pensar en el escenario post-electoral que se viene.

Desde acá decimos ¡Aunque estamos lejos no estamos pendejos! ¡Por eso hay que ponernos las pilas chavos!




I. Sobre el corto plazo ¿qué hacer en caso de fraude?
Como decimos en México, la neta la neta yo creo que es muy probable que los poderes fácticos vayan a impulsar otra vez un puto fraude contra la voluntad popular mexicana, tal y como hicieron en 2006, para imponer al candidato de las élites conservadoras de México: Enrique Peña Nieto. Esto, evidentemente generará muchísima polarización social. Recordemos una cosa central: ¡Los poderes fácticos están enfermos y obsesionados por el control del poder, y ellos están dispuestos a hacer todo lo que sea para defender sus intereses! ¡Su asquerosa avaricia los hace capaces de hacer cualquier cosa con tal de mantener sus privilegios y con ello evitar la transformación! ¡Décadas de experiencia nos han mostrado que los de arriba, el mal gobierno, el 1% que nos domina y nos explota poco o nada les interesa respetar la voluntad popular. Sabemos que estos canallas son cínicos, y además sabemos que ellos tienen el maldito vicio de la imposición. ¡El PRI, como expresión fascista que en realidad es, es lo único que sabe hacer en estos casos con tal de mantener el control!

Ante esto me parece que el movimiento #yosoy132 debe tener lista una estrategia a seguir: ¿Qué se va a hacer en este caso? ¿Una huelga general? ¿El impulso de la desobediencia civil pacífica llevada a nivel nacional? ¿Protestar sólo por un rato y después dejar pasar la imposición tal y como hizo el moderado y tibio Andrés Manuel López Obrador en 2006? ¿Nada?




Yo creo que este es el escenario de corto plazo más probable en México, y si este no es atendido con todo lo que ello implica, de poco servirán las discusiones de largo plazo que se estén planteando desde ahora sobre cuál es el México que soñamos, ese México lindo que tanto añoramos construir...

II. El riesgo de que #yosoy132 sea efímero dada la composición de su base social
Me parece que el movimiento #yosoy132 por ser esencialmente de base estudiantil se enfrenta a una severa limitación: depende muchísimo de los tiempos burocráticos escolares para aglutinar a las bases sociales que constituyen tanto el motor que le dan dinamismo al movimiento, así como los espacios organizativos que le dan conciencia. 

Así, los riesgos de que este movimiento se vuelva efímero por falta de un cuerpo y de cabeza, de motor y conciencia que sobre todo sean permanentes son muy grandes. ¿Cómo contrarrestar este caracter potencialmente efímero del movimiento?


Se me ocurren dos vías que son distintas, pero que no son contrapuestas, y que si hay suficiente fuerza social pueden ser impulsadas de manera paralela, pues ambas vías son complementarias:

a) La constitución de uno o varios sindicatos nacionales de estudiantes. Esto ocurre en el país sudamericano que ha iniciado una enorme movilización estudiantil en favor de una educación pública y gratuita desde hace varios años, que décadas de salvaje neoliberalismo han desmantelado, mirando más la educación como una puta mercancía que como un derecho: Chile. En este país andino existe la Confederación de Estudiantes de Chile, que a diferencia de México, tiene a sus estudiantes organizados de manera nacional, masiva y permanente. Esta poderosa organización estudiantil no divide entre escuelas públicas y privadas. Y tiene delegados estudiantiles de todo el país, mismos que son elegidos de manera democrática. Camila Vallejo es una representación (por demás hermosa, pero más hermosa por sus ideales y su práctica política coherente, honesta y consecuente), que el año pasado (2011), debatió con gran nivel teórico ante los medios los argumentos falaces que repetían como loros los paladines del neoliberalismo, herederos directos de la dictadura del infame Augusto Pinochet y del pensamiento económico ortodoxo decadente (y en mucho también responsable de la actual crisis económica mundial): el tristemente galardonado con el Premio Nobel de Economía de 1976: Milton Friedman.

El movimiento estudiantil chileno además fue capaz de impulsar una huelga general junto con la clase obrera de aquel país, y con ello, poner a temblar a los oligarcas que dominan aquellas hermosas tierras. Su lucha por la consecución de la educación pública y gratuita ha avanzado mucho desde entonces. Incluso su enorme fuerza han hecho renunciar a varios miembros del gabinete del gobierno conservador de Piñera.



Si el movimiento #yosoy132 es capaz de levantar una organización estudiantil plural, nacional y permanente, como en Chile, se habrá constituido como un sujeto social capaz de hacer historia, capaz de asumir las tareas titánicas que vendrán después de las elecciones presidenciales de México, independientemente del candidato que logre la victoria electoral el próximo 1 de Julio.

b) La otra vía de lograr evitar que el movimiento #yosoy132 se desgaste y termine siendo presa de un momento de reflujo y que lo haga efímero, es salir de las universidades, de las preparatorias, de las escuelas y llegar a los barrios, a las colonias populares, para ligarse directamente con los trabajadores, las amas de casa, los desempleados, los jóvenes que no pueden estudiar ni trabajar, los pequeños comerciantes, etc. Si esto es posible, se lograría ampliar las bases sociales que constituyen este movimiento y se habrá logrado dar un paso insólito en la historia de México, al menos desde la segunda mitad del siglo XX: el movimiento estudiantil masivo conectado con el resto de la población mexicana que constituye todos los sectores subalternos que son explotados día a día por el capital, los que realmente están en el abajo social, que son parte muy importante de ese 99% del que formamos parte casi todos.

Para lograr esta tarea, me parece que se puede tomar como punto de referencia al 15-M de España, retomar de su intensa, rica y compleja experiencia en los barrios, de construcción de lo común, de okupación de grandes fábricas y bodegas abandonadas, de autogestión, de integración de los vecinos que reivindique la vida política en los barrios, que en México se traduciría en la lucha en las calles contra toda forma de clientelismo político-electoral que en gran medida beneficia a los actuales partidos políticos decadentes que constituyen tanto el PRI, PAN y PRD.


Se pueden retomar los elementos de la #spanishrevolution que sirvan para adaptarlos a las particularidades propias de las ciudades de México, para con ello lograr conformar una vía autogestionaria y de apoyo mutuo que seguramente en México se articularía con las ricas e interesantes experiencias previas de autoorganización vecinal, de movimiento urbano-popular, ya sea por la experiencia acumulada de décadas de lucha por acceso a la vivienda (muchas de ellas realizadas durante las décadas de los setenta y ochenta), así como de respuesta ciudadana espontánea y eficáz que hizo frente a la destrucción de gran parte de la Ciudad de México la vez que ocurrió el lamentable terremoto del 1985, donde los ciudadanos rebasaron al gobierno priísta, que incluso robó mucho del apoyo internacional que entonces se envió solidariamente a los habitantes de México. El pueblo de México ha probado ser suficientemente capaz para salvarse así mismo de los escombros, de las ruinas. Yo creo que es posible levantar asambleas de barrios en las ciudades para que el pueblo de México se autoorganice y luche por su emancipación.

Si bien no necesariamente se pueden desarrollar “asambleas de barrios” en las ciudades de México tal y como ocurren en Madrid y Barcelona, quizá en México se puedan formar experiencias parecidas de poder popular. Los puntos centrales a retomar de las experiencias españolas es que las asambleas de barrios han probado ser herramientas muy eficasez para detener desalojos de casas-habitación que los banqueros impulsan en complicidad con el gobierno español, que van en perjuicio de los trabajadores españoles y migrantes (que a pesar de sufrir el deshaucio ¡Tienen que seguir pagando sus deudas con todo e interéses!), así como detener numerosas redadas racistas que los policías españoles suelen hacer (de manera ilegal), donde piden documentación a personas con apariencia no europea (en su mayoría africanos y latinoamericanos, pero también asiáticos), y si estos son "ilegales" por no llevar la documentación en regla los confinan a Centros de Internamiento para Extranjeros donde los maltratan y les violan sus derechos humanos para después deportarlos a sus países de origen. Estas asambleas han logrado construir un auténtico poder popular que ha logrado hacer frente al menos a esos dos grandes retos (desalojos de vivienda y redadas racistas). 






Quizá se puedan impulsar “asambleas regionales” en las ciudades de México, quizá una por cada punto cardinal de las ciudades (norte, sur, este y oeste), que ya no tengan como base social principal sólo a los estudiantes (que, recordemos, aún no están organizados de manera permanente), sino que busque integrar a los múltiples habitantes de la región, con independencia de su condición social: trabajadores asalariados, desempleados, pequeños empresarios, estudiantes, en suma, todos aquellos sectores golpeados por los malos gobiernos, por el llamado “1%” que nos oprime y explota al restante 99%). Así quizá se irían visibilizando los trabajos que seguramente muchas organizaciones sociales ya hacen desde hace mucho tiempo en las ciudades, y con ello, se fortalezcan las luchas reivindicativas y autogestivas que ya existen en las ciudades del inmenso México.

Si esto es posible, me parece que se lograría garantizar que el movimiento #yosoy132 se vuelva más horizontal, autogestionario y sobre todo permanente, tal y como ocurre en las asambleas de barrios del 15-M de Madrid, Barcelona y otras ciudades y pueblos de España. Así habría más capacidad organizativa para enfrentar las importantísimas tareas que son necesarias impulsar en el mediano y largo plazo para lograr la transformación social.

Me parece que esto incluso sería lo más parecido a la formación de autonomías, que se rigen bajo el mandar obedeciendo y el caminar preguntando de los zapatistas, sólo que ahora esto estaría adaptado a las circunstancias específicas de las ciudades mexicanas y ya no sólo limitándose a su localización geográfica en zonas rurales bajo cosmovisiones indígenas (que desgraciadamente no están generalizadas en el conjunto de la población mestiza mexicana).



Lo más realista, dadas las condiciones concretas de la ciudad de México es que se tienda en el corto plazo inmediatamente post-electoral al desarrollo sólo de la opción a): la construcción de sindicatos nacionales de estudiantes. Esto es así porque si bien hay muchísima simpatía ciudadana por el movimiento #yosoy132, aún no se ha logrado integrar de manera masiva y activa a estos sectores no-estudiantiles para que formen parte de la organización, la toma de decisiones y de la movilización de ese movimiento que a todos los habitantes del mundo nos generan esperanzas e ilusiones. Hasta ahora la conciencia y motor del movimiento #yosoy132 siguen siendo los estudiantes...

Pero no por ello la posibilidad de llevar el movimiento a los barrios es algo que deba desecharse.

III. Sobre los objetivos del movimiento #yosoy132 en diversos plazos temporales
Me parece que los objetivos del movimiento en el corto, cortísimo plazo son claros:

a) evitar el regreso del PRI al gobierno federal que se puede dar mediante la victoria electoral de su candidato Enrique Peña Nieto, y

b) luchar contra los monopolios de los medios masivos de comunicación: Televisa y Tv Azteca

Estos dos objetivos deben mantenerse en las próximas semanas, sin importar las adversidades que se avecinan, sin importar que el PRI haga todas las acciones bárbaras y anacrónicas que crean necesarias para mantener su poder. ¡No hay que desistir compañeros! ¡No hay que caer en las provocaciones! ¡Los violentos y salvajes son ellos, no nosotros! ¡Nosotros somos civilizados y humanos, ellos son los PRImates!





Me parece que en el mediano y largo plazo se buscan cosas muy similares que en el 15-M, occupy wall street y el movimiento popular y democrático de Grecia (SYRIZA):

1) evitar más reformas neoliberales e incluso, echar atrás las que ya se han aplicado hasta ahora que han empobrecido a los pueblos del mundo,

2) reivindicar derechos ciudadanos mínimos que todo Estado debe garantizar (como el derecho a la salud, a la vivienda, al trabajo, a la educación, etc.), y

3) la construcción de estructuras organizativas ciudadanas, independientes del Estado y de los partidos políticos. (Negri le llama a esto “contra-poder”, Gramsci le llama “desarrollo de la sociedad civil”, los anarquistas le llaman a esto “autogestión” y “apoyo mutuo”).

Me parece que la discusión sobre temas concretos que ahora tienen lugar en las asambleas universitarias del #yosoy132 que se dan sobre economía, ciencia, política, democracia, etc. puede y sobre todo debe devenir en la formación de un pliego petitorio que sirva para lograr la realización de los puntos 1 y 2 arriba señalados: evitar más reformas y políticas económicas neoliberales que tienen consecuencias populares desastrozas. En el fondo estas luchas buscarían reformas sociales radicales (entendiendo por radical lo que ya ha dicho Marx en el siglo XIX y que recientemente la hermosa Camila Vallejo nos recordó en su estadía en México: radical es ir a la RAÍZ del problema). "Reformas radicales" son reformas de fondo pues, que marquen un antes y un después en el devenir histórico y sirvan para resolver de manera contundente problemas sociales específicos.



Creo que se puede complementar este trabajo de impulso de reformas con el desarrollo del punto 3: la construcción del contra-poder en la ciudad de México (esas estructuras ciudadanas independientes del gobierno mexicano tanto federal como local que busque atender las demandas sociales a las cuales el Estado capitalista y neoliberal ya ha dado la espalda).

Finalmente termino este escrito señalando cuatro puntos que nos pueden servir de orientación considerando más grande aún el largo plazo. Se trata de algo así como una nueva imagen de utopía social que ya se va construyendo en los hechos desde ahora, en el caminar cotidiano de la gente que lucha, por ejemplo, del 15-M:

  1. una sociedad transmoderna (que favorezca la pluralidad en vez de la homogeneidad, respete lo diverso, fomente el aprendizaje mutuo, anteponga el bienestar común en vez del “ego”, del “yo” del individualismo, en vez de "la razón" (como algo verdadero universal, absoluto y eterno) se habla de "razones" (contextuales, relativas a contextos concretos, abiertas a modificación, no dogmáticas)
  2. una sociedad post-colonialista (que rompa con toda forma de racismo, discriminación étnica y xenofóbia, así como de dominanción económica neo-colonial)
  3. una sociedad socialista autogestionada (que rompa con la explotación del hombre por el hombre, la cosificación y mercantilización de toda la humanidad y la naturaleza, donde lo único que importa es acumulación de dinero, el monopolio en la propiedad de los medios producción, para sustituir todo esto en favor de una economía solidaria, que gestiona los medios de producción con base en cooperativas y trabajo voluntario, y donde los intercambios de valores de uso no son mediados por el dinero de tipo capitalista, todo esto sin caer en los totalitarismos de la URSS y de la otrora Europa del Este)
  4. una sociedad eco-feminista (donde ya no haya machismo, patriarcado, y se pase a una sociedad de depredación ambiental a una civilización ecológicamente sustentable, lo cual supone la redistribución de la riqueza en vez de creer ingenuamente que el “crecimiento económico” será eterno y que además nos beneficiará a todos). El crecimiento económico no puede ser eterno en un mundo con recursos naturales finitos, además de que en la sociedad actual los beneficios del crecimiento económico tienden a concentrarse en unas cuantas manos de acaudalados empresarios y políticos. 


El debate está abierto y justo ahora es cuando se requiere de dar discusiones de fondo para dar sentido histórico al formidable movimiento que ahora se levanta como un gran titán en México, que marcha de la mano con otros grandes titanes que también se manifiestan en España, Grecia, Chile y muchos otros países del planeta. ¡La transformación global es posible!




Saludos solidarios
Josafat

sábado, 2 de junio de 2012

La dialéctica en el anarquismo epistemológico de Paul Feyerabend


El pensamiento filosófico del célebre, pero ahora algo olvidado, Paul Feyerabend, es muy rico y complejo. Este pensador de gran cultura y de grandes experiencias personales ha tratado de sintetizar su concepción de la ciencia bajo el “principio” (más bien “medicina”, como sugieren algunos de sus interpretes) del todo vale (“anything goes”), que no es otra cosa sino la expresión sintetizada de su anarquismo-dadaísmo epistemológico que se opone a toda forma de absolutismo y autoritarismo epistémico y a toda forma de dogma

                                                          

Es anarquismo epistemológico porque el autor propone abandonar el ideal de racionalidad positivista, que a su vez es heredera de la concepción cartesiana de la razón, basado en reglas que se creen “ciertas e infalibles”. Esta forma de enseñar la racionalidad científica, sin pasiones y sin emotividad, se enseña de manera estándar en el llamado "método científico". Para Feyerabend tal concepción fría, reduccionista e inútil de la racionalidad es indigna de un hombre libre.  

Sobre esto este autor hace una muy importante observación. A continuación cito sus palabras:
"Sin estándares de verdad y racionalidad universalmente obligatorios no podemos seguir hablando de error universal. Podemos hablar solamente de lo que parece o no parece apropiado cuando se considera desde un punto de vista particular y restringido; visiones diferentes, temperamentos y actitudes diferentes darán lugar a juicios y métodos de acercamiento diferentes. Semejante epistemología anarquista –pues en esto es en lo que se resuelve nuestra teoría del error- no sólo resulta preferible para mejorar el conocimiento o entender la historia. También para un hombre libre resulta más apropiado el uso de esta epistemología que el de sus rigurosas y “científicas” alternativas (Feyerabend, 1989: 12; las cursivas son mías)”.

Más adelante el autor dice en su obra clásica, "Contra el método. Esquema de una teoría anarquista del conocimiento", en tono irónico y burlón, que el único principio abstracto que puede ser defendido es el principio del todo vale, mismo que en todo caso sería el único principio de la “metodología anarquista”.




Es claro que Feyerabend lejos de hablarnos de un conjunto bien definido de “anti-métodos”, o de “anti-reglas” (estándares definidos en negativo) que hay que seguir al pie de la letra para garantizar el desarrollo “correcto” de la ciencia, más bien se preocupa por generar una actitud humanista y libre, que tome como eje central el cultivo de la individualidad en la formación intelectual e integral de las personas (de ahí su rechazo radical a las tendencias de hiperespecialización y estandarización de la ciencia que en la actualidad tienen como consecuencia la castración del pensamiento, mentes amputadas, cosificadas, y con ello, la deshumanización de las personas que son formadas en los cánones de la ciencia moderna hiperespecializada, al servicio del capital). Por eso mismo hasta llega a señalar que los científicos deberían aprender arte. La figura del científico ideal es para este autor Galileo Galilei, quien representaba muy bien el espíritu renacentista, de hacer de todo para tener una capacidad creativa inmensa. Además de que Galileo Galilei era para su época un rebelde.


En este sentido, tanto la “teoría del error” como la “contrainducción” (que consiste, particularmente en las ciencias naturales, en no tomar como válido siempre las "pruebas empíricas", que en sus estadísticas y equipos ya están sesgando el objeto de estudio, pues estas no garantizarán siempre y de manera concluyente que algo sea verdadero o falso, según se plantea desde tiempos de Pierre Duhem y más tarde con Hanson, problemas clásicos como "subdeterminación empírica de la teoría por la evidencia" y "carga teórica de la observación") son, para Feyerabend, simplemente recursos heurísticos que inspiran el movimiento del pensamiento de los científicos según sean las aplicaciones concretas de estos en los diversos y particulares episodios ocurridos en la historia de la ciencia. No se trata de meros "métodos" que consisten en seguir pasos bien definidos, reglas fijas o principios inflexibles (definido en negativo, es decir, como todo aquello que el científico no debe hacer) que todo pensador libre y humanista debe de seguir. Feyerabend simplemente describe cómo estos recursos han operado en la historia (tan compleja, rica y si se quiere hasta divertida en muchos episodios concretos) de la ciencia. Este autor no pretende mostrarnos estos recursos como “leyes” que operan siempre, en todo el desarrollo histórico de la ciencia. Así pues no hay algo así como "recetas" que garanticen el conocimiento pleno de la realidad, ni que nos garanticen que algo es verdadero y válido para siempre. 

En este sentido, Feyerabend, más que preocuparse por proponer una nueva “metodología” que hay que seguir al pie de a letra, este autor se centra en destacar los elementos heurísticos de la ciencia que están dentro y fuera de las academias y que forma pensamientos libres y humanos. De ahí su defensa del pluralismo que el filósofo liberal (y también socialista) del siglo XIX, John Stuart Mill, impulsó en su libro clásico “Sobre la libertad” (al cual Feyerabend da muchísima importancia, el otro autor sobre el que se apoya de manera central es Hegel, como veremos)


La proliferación, la diversidad y la tolerancia (en clara analogía con John Stuart Mill) son fuentes de recursos heurísticos que pueden ser útiles para los científicos que no deben ser reprimidos ni censurados en lo más mínimo, de lo contrario se tendrá menos opciones de elección y de confrontación de ideas. De ahí que Feyerabend considere que mientras más pluralidad haya, más posibilidades se tiene de impulsar el avance de la ciencia mediante los contrastes de las diversas ideas, a menudo antagónicas entre si. Por eso en las escuelas deben enseñarse más de una sola visión estandarizada de la ciencia, misma que tiende a limitar la imaginación de los científicos, y con ello, el avance de la ciencia. Por el contrario, la formación debe ser radicalmente plural. He aquí el lugar importantísimo que ocupa la dialéctica en la filosofía de Feyerabend. De hecho este punto se tiende a olvidar cuando se discute sobre Feyerabend, pues de él a veces se hacen críticas sólo considerando de manera parcial su pluralismo (que si nos quedamos con la pura perspectiva de Mill sería muy limitado y si se quiere hasta reaccionario, de tal forma que en las academias puede ocurrir que la "pluralidad" devenga en indiferencia mutua, y con ello, en feudalización del saber). Veamos qué es lo que destaca el célebre, polémico y, sobre todo mal entendido filósofo austriaco al respecto.

Los autores que Feyerabend retoma para construir una imagen de la dialéctica que le permita conectar el “principio de proliferación” y el “pluralismo epistémico” con su noción particular de progreso científico (entendido como un proceso de enriquecimiento conceptual) son Georg Hegel (principalmente), Friedrich Engels, Vladimir Lenin y Mao Zedong. Todos ellos los retoma de manera crítica (destacando solamente los elementos “anarquístas” del pensamiento de estos intelectuales) para explicar de la mejor manera posible los tres principios (leyes) “universales” que Hegel formuló sobre la dialéctica, mismos que deberían estar presentes en el pensamiento de todos los científicos genuinos siempre abiertos a la crítica y a los cambios progresivos del conocimiento. Estos son, a saber:

a) La consideración de que todas las partes de un todo están ligadas entre sí, porque cada parte, a su vez, se contiene a sí mismo y contiene al todo. Es decir, cada parte contiene lo que es y lo que no es;

     

b) Todos los objetos finitos, en su devenir histórico, luchan por ser lo que no son. Este antagonismo mantiene en constante tensión a las diversas partes que constituyen la totalidad de la naturaleza, de tal forma que cuando el objeto se mueve más allá de los límites de lo que es, el objeto deja de ser lo que es y se transforma en lo que no es. Es “negado” y en este sentido se genera un movimiento (en el sentido Aristotélico del término, no en su sentido Newtoniano) tanto en la naturaleza como en el pensamiento humano;

  


c) La negación, tanto en términos conceptuales como de hecho de un contenido tiene como resultado un contenido “especial” que se expresa en un nuevo concepto “más elevado”, “más rico”que el concepto que lo precedió porque ha sido enriquecido por su negación siendo la unidad del concepto original y de su oposición. Estamos en lo que se suele conocer como “afirmación de la negación”, o simplemente como “síntesis”, culminación temporal del enfrentamiento entre la “afirmación” (tesis) y la “negación” (antítesis), pero que contiene a ambos y que a su vez los niega para convertirse a su vez en el nuevo punto de partida del movimiento dialéctico de la naturaleza.


Estos tres principios de la dialéctica son retomados por Feyerabend para mostrar la importancia de la interacción entre las ideas (incluso antagónicas) y así mostrar lo importante que es el cambio en los conceptos científicos (los cuales son, todos ellos, finitos igual que el hombre). En este sentido, para Feyerabend el estancamiento conceptual de la ciencia (y de cualquier tradición de pensamiento, que de hecho suele considerarse ORTODOXA) lejos de representar un éxito, representa un fracaso simplemente porque no es dialéctico (tal y como ocurre en la actualidad con el pensamiento económico ortodoxo que se enseña de manera dominante y privilegiada en muchas partes del mundo y ahora es incapaz de dar respuestas prácticas viables a la tremenda crisis económica mundial actual)


En este sentido encuentro en Feyerabend una posición claramente progresista en lo que respecta a la ciencia (promueve constantemente su transformación), reconociendo incluso la posibilidad de la existencia de un progreso acumulativo, pero como en Hegel, no lineal ni fatalmente determinado. Él diría que el diálogo entre las posiciones diversas debería ser franco, abierto y fluido, y en este sentido me parece que él criticaría a aquellas posiciones que privilegian sus prejuicios en el diálogo y confrontación con lo diverso (lo extraño, lo otro) para mantener sus posiciones conservadoras (como es el caso del filósofo hermenéutico Gadamer, a quien se le ha criticado las consecuencias conservadoras de su pensamiento, pese a que esa no sea la voluntad de este autor).


En este sentido, el pensamiento epistémico de Feyerabend (de consecuencias claramente subversivas, pues tiende a fomentar una actitud crítica muy radicalizada, casi escéptica, naturalmente antagónica con todo conservadurismo y status quo existente, QUE TIENE COMO CONSECUENCIA LÓGICA LA TESIS QUE YO PLANTEO DE QUE TODA ORTODOXIA ES ANACRÓNICA Y DOGMÁTICA) no puede entenderse sin considerar sus bases ontológicas claramente dialécticas, mismas que lo hacen respaldar de una manera aún más sólida (bajo las premisas más universales que puede haber) su pluralismo epistémico. En este sentido, la no censura de ideas también cumple un papel en el devenir de las ideas correctas al señalar, siguiendo a Mao Zedong, que las ideas correctas luchan contra las ideas incorrectas por imponerse en la mente de las personas. Este proceso permite que las ideas correctas se impongan con más fuerza y vivacidad sobre aquellas ideas que son consideradas por algunos como “incorrectas”. No obstante ello, quienes defienden estas ideas también están en su derecho de negarse a aceptar las ideas “correctas” y seguir trabajando sobre aquellas ideas consideradas como “incorrectas” para transformarlas y seguir tomando partido en la discusión epistémica (a menudo antagónica) sobre cómo es realmente el mundo. En este sentido, el pluralismo y la proliferación nos benefician a todos, pero claro, siempre y cuando no se tengan actitudes conservadoras y dogmáticas de oponerse a las críticas sin dar argumentos y el no estar dispuesto a transformar las propias ideas que se sustentan. 

Citemos in extenso al propio Feyerabend para finalmente cerrar este breve escrito sobre la importancia de la dialéctica en este autor:

Resumiendo: El conocimiento es parte de la naturaleza y está sujeto a sus leyes generales. Las leyes de la dialéctica se aplican al movimiento de los objetos y los conceptos, así como al movimiento de unidades más elevadas que incluyan objetos y conceptos. De acuerdo con estas leyes generales, cada objeto participa de todo otro objeto e intenta transformarse en su negación. Este proceso no puede ser entendido atendiendo a aquellos elementos de nuestra subjetividad que están todavía en un relativo aislamiento y cuyas contradicciones internas no se han revelado aún (la mayor parte de los conceptos habituales de la ciencia, las matemáticas, y especialmente las rígidas categorías utilizadas por nuestros modernos axiomáticos son de esta índole). Para entender el proceso de negación debemos atener a aquellos otros elementos que son susceptibles de cambio, para transformarse en sus opuestos, y que pueden, por eso mismo, dar lugar a conocimiento y verdad, “la identidad de cosa y concepto”. La identidad misma no puede lograrse mecánicamente, es decir, aprehendiendo algunos aspectos de la realidad y jugueteando con los restantes aspectos, o teorías, hasta que se logre el acuerdo (…) Mejor será proceder dialécticamente, esto es, por una interacción de concepto y hecho (observación, experimento, enunciado básico, etc.) que afecte a ambos elementos [¡praxis!]. La lección para la epistemología es esta: No trabajar con conceptos estables. No eliminar la contrainducción. No dejarse seducir pensando que por fin hemos encontrado la descripción correcta de “los hechos”, cuando todo lo que ha ocurrido es que algunas categorías nuevas han sido adoptadas a algunas formas viejas de pensamiento, las cuales son tan familiares que tomamos sus contornos por los contornos del mundo mismo (Feyerabend, 1989: 35-36; las cursivas son mías)”

Debe decirse, finalmente, que Feyerabend no postula y promueve el relativismo epistémico en sentido estricto (que sostiene que cualquier teoría y cualquier enunciado sobre el mundo es válido), precisamente porque sus bases dialécticas de pensamiento lo llevan a asumir como tarea principal de todo intelectual lograr la identidad entre cosa y concepto, de tal forma que el conocimiento debe ser definido, siguiendo a Lenin, como


la eterna e infinita aproximación de pensamiento y objeto. El reflejo de la naturaleza en el pensamiento humano no está “muerto” no es “abstracto” no carece de movimiento, ni de contradicciones, sino que ha de concebirse como un proceso en eterno movimiento que da lugar a contradicciones y se desprende de ellas” (Lenin, citado en Feyerabend, 1989: 164; subrayados en el original).



Es por ello que la "contrainducción" no es una regla, sino simplemente un recurso más de los tantos que hay y de los cuales el científico genuino puede emplear en sus prácticas científicas para conocer mejor el mundo y transformarlo.

Bibliografía:

Feyerabend Paul (1989), Contra el método. Esquema de una teoría anarquista del conocimiento, ED. Ariel, Barcelona, España






Saludos solidarios
Josafat Hernández