Josafat Hernández
1) El pasado 7 de Junio
se celebraron elecciones federales y locales en México. Se votó
para elegir diputados locales y federales, así como jefes de las
delegaciones del Distrito Federal, alcaldes y gobernadores de varios
Estados de la república. En estas elecciones sólo votaron
aproximadamente 40% de los electores. 6 de cada 10 mexicanos
decidieron no votar. Desde aquí ya podemos ver de manera nítida
un problema de legitimidad en estas las elecciones. Si bien los
resultados son "legales" no son legítimos pues no
representan a la mayoría de los mexicanos. Esto es razón suficiente
para afirmar que los actuales partidos políticos no nos representan.
Es una razón suficiente para decir que la democracia en México no
existe. Esto es una farsa. Lo que hay en México es una caricatura de
lo que es realmente la democracia. La primera prueba del Instituto
Nacional Electoral (dirigido por el racista Lorenzo Córdoba) la han
reprobado. Pese a pagar millones de pesos a la Premio Nobel de la Paz
Rigoberta Menchú para que venga a convencer a los mexicanos para
participar en estas elecciones, fallaron en su capacidad de
convocatoria. También han fallado los partidos políticos
participantes y los poderes facticos que están detrás de ellos.
Este nivel tan bajo de participación debería darles vergüenza a
todos ellos.
2) De los que votaron
muchos decidimos anular. El porcentaje de los votos nulos (cerca del 5.36%) fue mayor
que el de partidos políticos pequeños (PT, Encuentro Social, Nueva Alianza, Partido Humanista). La diferencia entre el voto nulo y partidos medianos como el Partido Verde y Movimiento Ciudadano es de aproximadamente 1%. Sin campaña y sin mal gastar
recursos públicos, se mostró que la indignación de muchos de
nosotros que anulamos el voto es mayor (y casi igual) que el apoyo ciudadano a ciertos partidos políticos
que en realidad son ya meros parásitos vividores de los recursos
públicos.
3) En lugares como
Iztapalapa el voto nulo superó los votos obtenidos por el PRI o el
PAN. Estoy orgulloso de esto, pues Iztapalapa, barrio obrero por
excelencia, es uno de los lugares donde parece que hay mayor
consciencia de clase. Iztapalapa es una zona anti-PRI y
anti-PAN. Probablemente lo sea porque la gente que habita esta parte
de la ciudad más grande de México (y del mundo hispano-hablante) es de los que más han sufrido los efectos negativos de
más de 30 años de políticas económicas neoliberales.
4) Los que anulamos
nuestro voto lo hicimos para protestar contra todo un sistema
político que no funciona y que ahora está en una de sus mayores
crisis de credibilidad. Lo hicimos también en muestra de solidaridad
con los padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa que en su
distrito lograron la anulación de la farsa electoral (pese a la
brutal represión del gobierno mexicano). Los que anulamos nuestro voto
no lo hicimos para "castigar electoralmente" al PRI, al PAN
o al PRD y así beneficiar al menos peor. No se trató de un "voto
útil" para beneficiar al partido menos corrupto de todos (en
este caso concreto, Morena). Así que no se puede criticar a los
anulistas porque "hayamos beneficiado al PRI". Nuestro
objetivo era protestar y visibilizar la farsa electoral, no
beneficiar al partido menos peor.
5) Muchos de nosotros
respetamos a los que hicieron el "voto útil". Yo mismo he
votado por Obrador en otros momentos, pero lo he hecho críticamente.
Nunca he militado en su movimiento pues no me convence la estructura
vertical de su organización. En ese partido siguen habiendo
burocracias elitistas, donde ellos deciden de manera anti-democrática
quienes serán sus candidatos. Muchos de sus candidatos a diputados
no tienen perfil de luchadores sociales. Se carece de apertura
crítica (la crítica a Obrador no es aceptada) y de claridad
ideológica. Esto último se muestra con la falta de cercanía con
los procesos anti-neoliberales actuales que se viven en Ecuador,
Bolivia o Venezuela que se reivindican abiertamente socialistas
(socialismo del siglo XXI). En el caso concreto de Ecuador se impulsó una auténtica revolución ciudadana. En Venezuela se ha levantado un poder ciudadano (a la par del poder legislativo, ejecutivo y judicial). Pese a esto, Obrador se ha obsesionado con diferenciarse
de Chávez (un político que puso en jaque al imperialismo yanqui en
América del Sur y que empoderó a los pobres de su país que
llevaban décadas pisoteados y ninguneados), y por moderarse para no sufrir linchamiento mediático. Esto es un error pues ha cedido demasiado a las actuales reglas del juego electoral impuestas por los poderosos. Ante los fraudes sólo responde con plantones. Si fuera más radical y democrático ganaría el apoyo de muchos de los que esta vez hemos anulado nuestro voto.
6) Estas elecciones,
lejos de ser una fiesta democrática (como tratan de hacer ver los
medios masivos de comunicación) son, en realidad, motivo de
reflexión sobre la situación tan preocupante que se vive día a día
en nuestro país. Estas elecciones muestran de manera clara y
contundente que la mayor parte del electorado mexicano no cree en los
partidos políticos actuales. Vías “más ciudadanas” generan
interés (como la reciente victoria del ex-priísta llamado "el
bronco" quien gobernará el Estado de Nuevo León pese a
competir contra el PRI y PAN, o la victoria del ex-futbolista
Cuauhtemoc Blanco que con un discurso de crítica hacia los políticos
del PRI y del PRD logró ganar la alcaldía de Cuernavaca). El voto
nulo (hecho por miles y miles de personas) tan sólo es la punta del
iceberg de todo un enorme hartazgo que se viene acumulando en nuestro
país por muchas décadas de injusticia, impunidad y rezagos
económicos.