Josafat
Hernández
(Doctorante
en filosofía de la ciencia y economista egresado de la UNAM)
El
día de hoy (9 de octubre de 2017) el comité del Premio Nobel de economía dio una
conferencia de prensa para anunciar que el premio de este año se
dará al economista Richard Thaler. En la entrevista telefónica le
preguntaron a Thaler "¿Cuál crees que sea tu principal aportación?" y él sin dudar dijo "volver a la economía una ciencia más
humana".
¿Pero
qué significa esto? ¿Volver a la economía una ciencia más humana?
Para entender la aportación de Thaler es importante el conocer el contexto histórico.
Thaler durante décadas se ha dedicado a criticar a la economía
dominante, mainstream, que históricamente ha estado ligada a la
economía neoclásica. En esa visión particular de la economía, los
agentes racionales no son representaciones de entes humanos. Son
seres ficticios, perfectamente racionales y maximizadores de
utilidad. Son seres sin emociones, fríos y calculadores, motivados
sólo por el interés propio (egoístas) que sólo responden a
incentivos. Esto es, se asume que las acciones de los agentes están motivadas únicamente por un cálculo racional de premios y castigos, beneficios y
costos, sin considerar otros elementos en su toma de decisiones. Se trata de "Econs", como los llama Thaler, seres ficticios que habitan en los mundos simplificados de los modelos
económicos.
Thaler
con su trabajo muestra que los economistas se han equivocado al dejar
fuera de sus modelos los factores "no económicos". Thaler inicialmente realizó una
lista de ejemplos que usaba para molestar a los economistas que iban desde asuntos relacionados a la falta de
consistencia entre lo que elige y lo que se prefiere (autocontrol), la incoherencia de la elección intertemporal (el arrepentimiento sobre lo que se elige), así como trampas de ajuste y anclaje. Al principio eran ejemplos de
juguete que después de leer la "Estructura de las revoluciones
científicas" de Thomas Kuhn Thaler decidió convertirlos en anomalias.
Anomalias que él fue documentando y estudiando experimentalmente. La idea era que tal vez se podría impulsar una revolución científica, un
cambio paradigmático en la economía. Esto podría hacerse si
esas anomalías fuesen relevantes, numerosas, y que se tuviera un
modelo alternativo para poder explicarlas. Durante varios años Thaler tuvo
una columna en el Journal of Economic Perspectives llamada así
"Anomalías". Y hoy, después de décadas de trabajo arduo
y algunas tensiones académicas (sobre todo con la escuela de
Chicago), se le ha dado la máxima distinción a la que todo
economista aspira: el Premio Nobel.
Fundador
de la economia del comportamiento
Richard
Thaler retomó la obra de los psicólogos israelís Amos Tverky y
Daniel Kahneman (Premio Nobel de Economía de 2002). Particularmente
retomó los aportes relacionados a heuristicas y sesgos, y el modelo
de utilidad prospectiva. Ambos aportes le sirvieron para explicar
algunas anomalias que el modelo neoclásico de utilidad esperada
tiene problemas para explicar: el efecto dotación (endowment
effect), falta de autocontrol, sentido de justicia (fairness) y
encuadre (framing).
Más
tarde, esos efectos se fueron sintetizando en la teoria del sistema
dual de la mente (lo que Daniel Kahneman llamó "sistema 1 y 2"
de la mente en su libro Thinking fast and slow). Estos elementos
psicológicos llevaron a un cambio de unidad de análisis: del homo
economicus al homo sapiens, pues lo relevante a estudiar no es lo que los agentes perfectamente racionales deberían elegir para optimizar, sino la manera en cómo los agentes de carne y huesos deciden.
Para Thaler es muy importante tomar
en cuenta elementos psicológicos, cognitivos, en economia para poder entender temas relacionados al
"nerviosismo de los mercados", la "confianza" o falta de ella
en las instituciones, el sobreoptimismo o falta de él en los
inversionistas, reacciones viscerales de trabajadores y empresarios
ante decisiones del gobierno, etc. Y por ello se requiere de una
visión más amplia, que tome en serio elementos de la psicología
cognitiva y de sociología. Thaler ha señalado que las normas
sociales son fundamentales para entender comportamientos en los
agentes. No es suficiente con apelar sólo a la noción de
incentivos de la psicología conductista de Skinner que todo lo
reducen a premios y castigos. Las motivaciones humanas son más amplias y complejas que eso.
Economía
moral y justicia
Thaler se interesó en la noción de justicia como un factor
fundamental de la toma de decisiones de los agentes, pues muchas veces los agentes deciden en función de su percepción sobre si una situación es justa o injusta. Para ello estudió junto con Kahneman y otros economistas juegos del ultimatum, donde un agente A recibe un dinero y este debe proponer a un agente B una distribución de ese dinero. Si el agente B decide aceptar la distribución, los dos obtienen el dinero. Si la rechaza, los dos se quedan si nada. Lo que se encontró es que hubo situaciones donde las distribuciones tendientes a la igualdad (50-50) eran rechazadas, mientras que las distribuciones desiguales eran rechazadas (por ejemplo 80-20). En los casos en que no se aceptaron las distribuciones parece haber una reacción visceral del agente B a castigar al agente A que llevaba a los dos a quedarse sin nada, en vez de elegir su propio beneficio (cualquier número superior a cero). En estos casos parece que los valores
ético-morales y los sentimientos de justicia juegan un papel en la toma de decisiones de los agentes. No sólo el interés propio de aumentar ingresos monetarios.
En
este punto Thaler parece acercarse a otro Premio Nobel de economía, Amartya Sen, quien realizó una
famosa crítica a los tontos (o imbéciles) racionales que decidirían "decir la verdad", o ser "educados" (polites) sólo si estos obtienen un premio (usualmente monetario). Para Sen, al igual que Thaler, en necesario reconocer que hay normas morales que provienen de normas sociales que motivan a los agentes a
realizar unas acciones en vez de otras, de tal forma que noción de compromisos es fundamental. Los dos autores (Sen y Thaler) llegaron a
una conclusión muy parecida a partir de caminos muy diferentes (uno desde la teoría de la elección social, el otro desde la economía del comportamiento):
volver a una visión más clásica de la economía. Como Adam Smith, tanto Sen como Thaler ven a la economía como una prolongación de la filosofía moral, una ciencia ligada a temas morales y psicológicos.
Polémica
contra la escuela de Chicago
Thaler ha tenido un duro debate con la escuela de Chicago sobre cómo modelar a los agentes y las consecuencias que ello tiene para entender fenómenos financieros y para formular políticas públicas. Con
respecto a las "finanzas conductuales" (Behavioral Finance), Thaler se enfocó en criticar
la hipótesis de los mercados eficientes de la economía neoclásica.
Esa hipótesis establece que los mercados financieros "se
autorregulan", porque todos los agentes son racionales. Y si
alguien quiere estafar al otro, el otro se dará cuenta y evitará la
estafa. La implicación de esto es pensar que los precios de las
acciones son "justos", pues si estuvieran mal, el mercado
los corregiría. Thaler al asumir una visión más humana de la
economía (donde los agentes tienen racionalidad acotada y sesgos cognitivos), rechaza tal visión. En los mercados financieros hay banqueros y
empresas que se pueden aprovechar de la información asimétrica y de los sesgos cognitivos de los
agentes para estafarlos. Por esta razón, los precios de las acciones y bonos no necesariamente son "justos", pues pueden estar vendiendo en realidad bonos-basura que pueden generar pérdidas e inestabilidades. Por lo tanto, se requiere regular los mercados financieros
Arquitecturas
de las decisiones y empujones
Richard
Thaler no sólo se interesó por realizar una critica teórica a la
economía. Se interesó por llevar sus ideas a la práctica. Y esto
se expresó en un proyecto que desarrolló con un famoso abogado
constitucionaista: Cass Sunstein. Ellos dos elaboraron una propuesta
para el diseño de políticas públicas conocida como "paternalismo libertario". Es "paternalista" porque se considera que el gobierno debe de cuidar a sus ciudadanos, pues estos tienen racionalidad acotada. Según Thaler y Sunstein, los agentes pueden tomar decisiones que van en contra de su propio bienestar, así como tomar decisiones manipulados por otros agentes más "racionales" como empresas multinacionales que los pueden depredar. Pero es un paternalismo que es "debil" en el sentido de que para ellos el gobierno no debe buscar imponerle a los ciudadanos qué hacer y cómo actuar. Buscan "preservar la libertad" y ayudar a los agentes a tomar decisiones que vayan en favor de su propio bienestar. Por ello no plantean "prohibiciones", sino mantener las opciones abiertas para que cada quien pueda decidir lo que quiera. Pero si proponen una manera de influir a los agentes dando pequeños y suaves empujones a los agentes (nudges) que los lleven a tomar decisiones ya preestablecidas. Ejemplos de empujones son poner una mosca en un inodoro para
evitar que los hombres ensucien los baños, poner en las cafeterías
comida insana en los refrigeradores y la comida sana a la vista, usar opciones por defáult como son enrolar a ciudadanos a sistemas de
pensiones o programas de donación de órganos pero dejarles abierta
la posibilidad de salirse si es que eso desean. La idea de Thaler y Sunstein es que estos pequeños cambios pueden dar resultados significativos para aumentar las tasas de ahorro para el retiro, incrementar la donación de órganos, reducir la contaminación y desperdicio de recursos entre muchos otros temas más. Actualmente se debate sobre si los empujones son éticos (¿violentan la autonomía de los agentes?) y sobre si son complementarios con la educación.
Comentarios
finales
Pueden
hacerse muchas críticas a la economía del comportamiento, sobre
todo a su individualismo metodológico implícito. Pero eso no
significa que hay que tirar el agua sucia con todo y niño. Me
parece que el comité Nobel de economía ha tomado una excelente
decisión al reconocer los aportes de Richard Thaler. Esto es muy
benéfico para impulsar un nuevo pensamiento económico. Uno que a
diferencia de la economía neoclásica, no mistifique al ser humano.
Que no lo reduzca a meros incentivos, como si el ser humano fuera una máquina que solo
actuara basado en su interés propio, como si solo se basara en
ponderar premios y castigos para tomar sus decisiones.
Con
esto la economía avanza hacia una visión más humana del agente
racional. Los economistas ya no sólo deben hablar de incentivos.
Requieren una visión más amplia y plural, más humana, para poder
entender y transformar su realidad.
Muchas
felicidades a Richard Thaler y a todos los economistas, filósofos y
psicólogos que seguimos su trabajo. Esto es un gran logro para
nuestra comunidad epistémica. ¡En hora buena!
Bibliografía
relevante
Kahneman
Daniel (2011), Thinking
fast and slow, ED.
Farrar straus y giroux, Nueva York, United States
Thaler
Richard (2015), Misbehaving:
The making of behavioral economics, ED.
Norton & company, Nueva York, United States
Thaler
Richard y Sunstein Cass (2009) Nudge:
Improving decisions about health, wealth and happiness, ED.
Penguin Books, Nueva York, United States