lunes, 18 de junio de 2012

Carta al movimiento #yosoy132, de joven mexicano indignado desde Madrid


Desde estas lejas tierras miro con mucha ilusión y esperanza las enormes movilizaciones estudiantiles que ahora tienen lugar en mi México lindo y querido. Los jóvenes ahora han despertado, y luchan con muchísima pasión y coraje por un mejor porvenir. Son concientes de las enormes implicaciones históricas desastrozas de la eventual victoria del PRI en las elecciones presidenciales mexicanas (a celebrarse el próximo 1 de Julio). La indignación de décadas de represión priísta, de cinísmo, perversión y avaricia que se personifica en el ignorante candidato Enrique Peña Nieto ha lanzado a las calles a miles y miles de jóvenes que buscan evitar un ENORME RETROCESO EN LA HISTORIA para aquel país ahora azotado por la violencia exacerbada generada por la irresponsable y estúpida “guerra contra el narcotráfico” iniciada por el espurio presidente Felipe Calderón, así como por estragos en la economía (estanciamiento económico, desempleo, caída en los salarios reales) producto de décadas de imposición de políticas económicas y reformas neoliberales que en nada han beneficiado al país.

A estos miles y miles de jóvenes valerosos, inteligentes y soñadores van dirigidas las siguientes líneas que enfatizan sobre asuntos críticos del movimiento #yosoy132 del cual yo me asumo como parte desde estas lejas tierras. Es fundamental atender el asunto de las elecciones, pero más importante aún es pensar en el escenario post-electoral que se viene.

Desde acá decimos ¡Aunque estamos lejos no estamos pendejos! ¡Por eso hay que ponernos las pilas chavos!




I. Sobre el corto plazo ¿qué hacer en caso de fraude?
Como decimos en México, la neta la neta yo creo que es muy probable que los poderes fácticos vayan a impulsar otra vez un puto fraude contra la voluntad popular mexicana, tal y como hicieron en 2006, para imponer al candidato de las élites conservadoras de México: Enrique Peña Nieto. Esto, evidentemente generará muchísima polarización social. Recordemos una cosa central: ¡Los poderes fácticos están enfermos y obsesionados por el control del poder, y ellos están dispuestos a hacer todo lo que sea para defender sus intereses! ¡Su asquerosa avaricia los hace capaces de hacer cualquier cosa con tal de mantener sus privilegios y con ello evitar la transformación! ¡Décadas de experiencia nos han mostrado que los de arriba, el mal gobierno, el 1% que nos domina y nos explota poco o nada les interesa respetar la voluntad popular. Sabemos que estos canallas son cínicos, y además sabemos que ellos tienen el maldito vicio de la imposición. ¡El PRI, como expresión fascista que en realidad es, es lo único que sabe hacer en estos casos con tal de mantener el control!

Ante esto me parece que el movimiento #yosoy132 debe tener lista una estrategia a seguir: ¿Qué se va a hacer en este caso? ¿Una huelga general? ¿El impulso de la desobediencia civil pacífica llevada a nivel nacional? ¿Protestar sólo por un rato y después dejar pasar la imposición tal y como hizo el moderado y tibio Andrés Manuel López Obrador en 2006? ¿Nada?




Yo creo que este es el escenario de corto plazo más probable en México, y si este no es atendido con todo lo que ello implica, de poco servirán las discusiones de largo plazo que se estén planteando desde ahora sobre cuál es el México que soñamos, ese México lindo que tanto añoramos construir...

II. El riesgo de que #yosoy132 sea efímero dada la composición de su base social
Me parece que el movimiento #yosoy132 por ser esencialmente de base estudiantil se enfrenta a una severa limitación: depende muchísimo de los tiempos burocráticos escolares para aglutinar a las bases sociales que constituyen tanto el motor que le dan dinamismo al movimiento, así como los espacios organizativos que le dan conciencia. 

Así, los riesgos de que este movimiento se vuelva efímero por falta de un cuerpo y de cabeza, de motor y conciencia que sobre todo sean permanentes son muy grandes. ¿Cómo contrarrestar este caracter potencialmente efímero del movimiento?


Se me ocurren dos vías que son distintas, pero que no son contrapuestas, y que si hay suficiente fuerza social pueden ser impulsadas de manera paralela, pues ambas vías son complementarias:

a) La constitución de uno o varios sindicatos nacionales de estudiantes. Esto ocurre en el país sudamericano que ha iniciado una enorme movilización estudiantil en favor de una educación pública y gratuita desde hace varios años, que décadas de salvaje neoliberalismo han desmantelado, mirando más la educación como una puta mercancía que como un derecho: Chile. En este país andino existe la Confederación de Estudiantes de Chile, que a diferencia de México, tiene a sus estudiantes organizados de manera nacional, masiva y permanente. Esta poderosa organización estudiantil no divide entre escuelas públicas y privadas. Y tiene delegados estudiantiles de todo el país, mismos que son elegidos de manera democrática. Camila Vallejo es una representación (por demás hermosa, pero más hermosa por sus ideales y su práctica política coherente, honesta y consecuente), que el año pasado (2011), debatió con gran nivel teórico ante los medios los argumentos falaces que repetían como loros los paladines del neoliberalismo, herederos directos de la dictadura del infame Augusto Pinochet y del pensamiento económico ortodoxo decadente (y en mucho también responsable de la actual crisis económica mundial): el tristemente galardonado con el Premio Nobel de Economía de 1976: Milton Friedman.

El movimiento estudiantil chileno además fue capaz de impulsar una huelga general junto con la clase obrera de aquel país, y con ello, poner a temblar a los oligarcas que dominan aquellas hermosas tierras. Su lucha por la consecución de la educación pública y gratuita ha avanzado mucho desde entonces. Incluso su enorme fuerza han hecho renunciar a varios miembros del gabinete del gobierno conservador de Piñera.



Si el movimiento #yosoy132 es capaz de levantar una organización estudiantil plural, nacional y permanente, como en Chile, se habrá constituido como un sujeto social capaz de hacer historia, capaz de asumir las tareas titánicas que vendrán después de las elecciones presidenciales de México, independientemente del candidato que logre la victoria electoral el próximo 1 de Julio.

b) La otra vía de lograr evitar que el movimiento #yosoy132 se desgaste y termine siendo presa de un momento de reflujo y que lo haga efímero, es salir de las universidades, de las preparatorias, de las escuelas y llegar a los barrios, a las colonias populares, para ligarse directamente con los trabajadores, las amas de casa, los desempleados, los jóvenes que no pueden estudiar ni trabajar, los pequeños comerciantes, etc. Si esto es posible, se lograría ampliar las bases sociales que constituyen este movimiento y se habrá logrado dar un paso insólito en la historia de México, al menos desde la segunda mitad del siglo XX: el movimiento estudiantil masivo conectado con el resto de la población mexicana que constituye todos los sectores subalternos que son explotados día a día por el capital, los que realmente están en el abajo social, que son parte muy importante de ese 99% del que formamos parte casi todos.

Para lograr esta tarea, me parece que se puede tomar como punto de referencia al 15-M de España, retomar de su intensa, rica y compleja experiencia en los barrios, de construcción de lo común, de okupación de grandes fábricas y bodegas abandonadas, de autogestión, de integración de los vecinos que reivindique la vida política en los barrios, que en México se traduciría en la lucha en las calles contra toda forma de clientelismo político-electoral que en gran medida beneficia a los actuales partidos políticos decadentes que constituyen tanto el PRI, PAN y PRD.


Se pueden retomar los elementos de la #spanishrevolution que sirvan para adaptarlos a las particularidades propias de las ciudades de México, para con ello lograr conformar una vía autogestionaria y de apoyo mutuo que seguramente en México se articularía con las ricas e interesantes experiencias previas de autoorganización vecinal, de movimiento urbano-popular, ya sea por la experiencia acumulada de décadas de lucha por acceso a la vivienda (muchas de ellas realizadas durante las décadas de los setenta y ochenta), así como de respuesta ciudadana espontánea y eficáz que hizo frente a la destrucción de gran parte de la Ciudad de México la vez que ocurrió el lamentable terremoto del 1985, donde los ciudadanos rebasaron al gobierno priísta, que incluso robó mucho del apoyo internacional que entonces se envió solidariamente a los habitantes de México. El pueblo de México ha probado ser suficientemente capaz para salvarse así mismo de los escombros, de las ruinas. Yo creo que es posible levantar asambleas de barrios en las ciudades para que el pueblo de México se autoorganice y luche por su emancipación.

Si bien no necesariamente se pueden desarrollar “asambleas de barrios” en las ciudades de México tal y como ocurren en Madrid y Barcelona, quizá en México se puedan formar experiencias parecidas de poder popular. Los puntos centrales a retomar de las experiencias españolas es que las asambleas de barrios han probado ser herramientas muy eficasez para detener desalojos de casas-habitación que los banqueros impulsan en complicidad con el gobierno español, que van en perjuicio de los trabajadores españoles y migrantes (que a pesar de sufrir el deshaucio ¡Tienen que seguir pagando sus deudas con todo e interéses!), así como detener numerosas redadas racistas que los policías españoles suelen hacer (de manera ilegal), donde piden documentación a personas con apariencia no europea (en su mayoría africanos y latinoamericanos, pero también asiáticos), y si estos son "ilegales" por no llevar la documentación en regla los confinan a Centros de Internamiento para Extranjeros donde los maltratan y les violan sus derechos humanos para después deportarlos a sus países de origen. Estas asambleas han logrado construir un auténtico poder popular que ha logrado hacer frente al menos a esos dos grandes retos (desalojos de vivienda y redadas racistas). 






Quizá se puedan impulsar “asambleas regionales” en las ciudades de México, quizá una por cada punto cardinal de las ciudades (norte, sur, este y oeste), que ya no tengan como base social principal sólo a los estudiantes (que, recordemos, aún no están organizados de manera permanente), sino que busque integrar a los múltiples habitantes de la región, con independencia de su condición social: trabajadores asalariados, desempleados, pequeños empresarios, estudiantes, en suma, todos aquellos sectores golpeados por los malos gobiernos, por el llamado “1%” que nos oprime y explota al restante 99%). Así quizá se irían visibilizando los trabajos que seguramente muchas organizaciones sociales ya hacen desde hace mucho tiempo en las ciudades, y con ello, se fortalezcan las luchas reivindicativas y autogestivas que ya existen en las ciudades del inmenso México.

Si esto es posible, me parece que se lograría garantizar que el movimiento #yosoy132 se vuelva más horizontal, autogestionario y sobre todo permanente, tal y como ocurre en las asambleas de barrios del 15-M de Madrid, Barcelona y otras ciudades y pueblos de España. Así habría más capacidad organizativa para enfrentar las importantísimas tareas que son necesarias impulsar en el mediano y largo plazo para lograr la transformación social.

Me parece que esto incluso sería lo más parecido a la formación de autonomías, que se rigen bajo el mandar obedeciendo y el caminar preguntando de los zapatistas, sólo que ahora esto estaría adaptado a las circunstancias específicas de las ciudades mexicanas y ya no sólo limitándose a su localización geográfica en zonas rurales bajo cosmovisiones indígenas (que desgraciadamente no están generalizadas en el conjunto de la población mestiza mexicana).



Lo más realista, dadas las condiciones concretas de la ciudad de México es que se tienda en el corto plazo inmediatamente post-electoral al desarrollo sólo de la opción a): la construcción de sindicatos nacionales de estudiantes. Esto es así porque si bien hay muchísima simpatía ciudadana por el movimiento #yosoy132, aún no se ha logrado integrar de manera masiva y activa a estos sectores no-estudiantiles para que formen parte de la organización, la toma de decisiones y de la movilización de ese movimiento que a todos los habitantes del mundo nos generan esperanzas e ilusiones. Hasta ahora la conciencia y motor del movimiento #yosoy132 siguen siendo los estudiantes...

Pero no por ello la posibilidad de llevar el movimiento a los barrios es algo que deba desecharse.

III. Sobre los objetivos del movimiento #yosoy132 en diversos plazos temporales
Me parece que los objetivos del movimiento en el corto, cortísimo plazo son claros:

a) evitar el regreso del PRI al gobierno federal que se puede dar mediante la victoria electoral de su candidato Enrique Peña Nieto, y

b) luchar contra los monopolios de los medios masivos de comunicación: Televisa y Tv Azteca

Estos dos objetivos deben mantenerse en las próximas semanas, sin importar las adversidades que se avecinan, sin importar que el PRI haga todas las acciones bárbaras y anacrónicas que crean necesarias para mantener su poder. ¡No hay que desistir compañeros! ¡No hay que caer en las provocaciones! ¡Los violentos y salvajes son ellos, no nosotros! ¡Nosotros somos civilizados y humanos, ellos son los PRImates!





Me parece que en el mediano y largo plazo se buscan cosas muy similares que en el 15-M, occupy wall street y el movimiento popular y democrático de Grecia (SYRIZA):

1) evitar más reformas neoliberales e incluso, echar atrás las que ya se han aplicado hasta ahora que han empobrecido a los pueblos del mundo,

2) reivindicar derechos ciudadanos mínimos que todo Estado debe garantizar (como el derecho a la salud, a la vivienda, al trabajo, a la educación, etc.), y

3) la construcción de estructuras organizativas ciudadanas, independientes del Estado y de los partidos políticos. (Negri le llama a esto “contra-poder”, Gramsci le llama “desarrollo de la sociedad civil”, los anarquistas le llaman a esto “autogestión” y “apoyo mutuo”).

Me parece que la discusión sobre temas concretos que ahora tienen lugar en las asambleas universitarias del #yosoy132 que se dan sobre economía, ciencia, política, democracia, etc. puede y sobre todo debe devenir en la formación de un pliego petitorio que sirva para lograr la realización de los puntos 1 y 2 arriba señalados: evitar más reformas y políticas económicas neoliberales que tienen consecuencias populares desastrozas. En el fondo estas luchas buscarían reformas sociales radicales (entendiendo por radical lo que ya ha dicho Marx en el siglo XIX y que recientemente la hermosa Camila Vallejo nos recordó en su estadía en México: radical es ir a la RAÍZ del problema). "Reformas radicales" son reformas de fondo pues, que marquen un antes y un después en el devenir histórico y sirvan para resolver de manera contundente problemas sociales específicos.



Creo que se puede complementar este trabajo de impulso de reformas con el desarrollo del punto 3: la construcción del contra-poder en la ciudad de México (esas estructuras ciudadanas independientes del gobierno mexicano tanto federal como local que busque atender las demandas sociales a las cuales el Estado capitalista y neoliberal ya ha dado la espalda).

Finalmente termino este escrito señalando cuatro puntos que nos pueden servir de orientación considerando más grande aún el largo plazo. Se trata de algo así como una nueva imagen de utopía social que ya se va construyendo en los hechos desde ahora, en el caminar cotidiano de la gente que lucha, por ejemplo, del 15-M:

  1. una sociedad transmoderna (que favorezca la pluralidad en vez de la homogeneidad, respete lo diverso, fomente el aprendizaje mutuo, anteponga el bienestar común en vez del “ego”, del “yo” del individualismo, en vez de "la razón" (como algo verdadero universal, absoluto y eterno) se habla de "razones" (contextuales, relativas a contextos concretos, abiertas a modificación, no dogmáticas)
  2. una sociedad post-colonialista (que rompa con toda forma de racismo, discriminación étnica y xenofóbia, así como de dominanción económica neo-colonial)
  3. una sociedad socialista autogestionada (que rompa con la explotación del hombre por el hombre, la cosificación y mercantilización de toda la humanidad y la naturaleza, donde lo único que importa es acumulación de dinero, el monopolio en la propiedad de los medios producción, para sustituir todo esto en favor de una economía solidaria, que gestiona los medios de producción con base en cooperativas y trabajo voluntario, y donde los intercambios de valores de uso no son mediados por el dinero de tipo capitalista, todo esto sin caer en los totalitarismos de la URSS y de la otrora Europa del Este)
  4. una sociedad eco-feminista (donde ya no haya machismo, patriarcado, y se pase a una sociedad de depredación ambiental a una civilización ecológicamente sustentable, lo cual supone la redistribución de la riqueza en vez de creer ingenuamente que el “crecimiento económico” será eterno y que además nos beneficiará a todos). El crecimiento económico no puede ser eterno en un mundo con recursos naturales finitos, además de que en la sociedad actual los beneficios del crecimiento económico tienden a concentrarse en unas cuantas manos de acaudalados empresarios y políticos. 


El debate está abierto y justo ahora es cuando se requiere de dar discusiones de fondo para dar sentido histórico al formidable movimiento que ahora se levanta como un gran titán en México, que marcha de la mano con otros grandes titanes que también se manifiestan en España, Grecia, Chile y muchos otros países del planeta. ¡La transformación global es posible!




Saludos solidarios
Josafat

1 comentario:

  1. Estamos a más de un año del surgimiento del Yosoy132 y se ha perdido fuerza producto de que el estado ha arremetido mediática y autoritariamente. Más la organización estudiantil sigue tratando de sumar a más sectores.

    El problema es que no parece quedar claro un objetivo común que aglutine a todas las luchas, sino que cada reforma barre con determinados sectores poco a poco sin que se consiga cerrar filas y hacer frente a las políticas Neoliberales.

    En este sentido algunas asambleas populares surgidas del 132 han impulsado brigadeos en un intento por mostrar una organización combativa que anime a la población a protestar e iniciar una desobediencia civil masiva.

    Cierro el comentario mencionando que la batuta de lucha esta ahora en manos de los maestros quienes sostienen el plantón en el Monumento a la Revolución y que algunos estudiantes y organizaciones sociales nos sumamos a su lucha en aras de impedir y echar para atrás las reformas estructurales (Educativa, Laboral, Fiscal, Energética, etc.)

    Hay que "Cambiar el mundo sin tomar el poder" construyendo desde abajo.

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